domingo, 8 de marzo de 2015
Tormenta
Destruido hasta las costuras, esconde su cabeza en las sombras y toma el sombrero del cual siempre presumía para empaparlo de saliva y tal vez hasta regalárselo a algún indigente, realmente desde hace un buen rato para acá no se ha tomado el tiempo para pensar en lo que le duele y lo que no, parece que su calma se confundió con las hebras de cabello que guindan de su mentón, ni él se imaginaba ni entendía el hecho de que ya era tarde, que había oscurecido, que se había endurecido, que ya no era lo mismo, aunque había algo conocido entre tanta desgracia, un goteo a lo lejos, un goteo con sonido arrítmico.
Es correcto que sus dedos no son más que arrugas hasta sus venas quieren escapar de su piel, pero entre tanto jaleo y oscuridad sus sueños adolescentes saltan por sus parpados quedándose secos dejandole toda la humedad a sus manos y un poquito de temblor.
Es correcto que sus dedos no son más que arrugas hasta sus venas quieren escapar de su piel, pero entre tanto jaleo y oscuridad sus sueños adolescentes saltan por sus parpados quedándose secos dejandole toda la humedad a sus manos y un poquito de temblor.
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